En la actualidad como nuestra opinión no cuenta, no me preocupo de estar informado. Ni de informar a mis amigos. En cambio, cuando mi opinión es tenido en cuenta, la situación cambia.
Por ejemplo, cuando en Suiza votaron en referendum si aumentar el número de semanas de vacaciones, hubo un debate nacional y se acabó rechazando porque perjudicaría a la economía. Si no hubiera habido referendum, ¿se hubieran difundido las consecuencias de tal medida? Probablemente no. La ciudadanía estaría menos informada. Y confiaría menos en los políticos.
Pingback: Beneficios de la participación ciudadana según el Banco Mundial | Democracia Líquida